Carmen López Aniorte – Universidad de Murcia
Las distintas trasformaciones acaecidas en España a partir del último cuarto
del pasado siglo, en los ámbitos económico-productivo, social y jurídico, y
que se han traducido en un paulatino debilitamiento del Estado social,
tuvieron su punto culminante en la Ley 3/ 2012, de 6 de julio, de medidas
urgentes para la reforma del mercado laboral.
La reforma laboral de 2012 constituyó la respuesta del legislador a aquellos
sectores que, eufemísticamente, reclamaban la “adaptación” de la normativa
laboral a las nuevas realidades económica y del mercado de trabajo, en el
contexto de la crisis de 2008. Con la reforma, se vieron alteradas las reglas de
concurrencia de convenios, la estructura de la negociación colectiva, y la
correlación de fuerzas existentes entre las partes sociales en detrimento del
poder sindical, provocando una rápida devaluación de las condiciones
laborales.
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